En
la Clausura del campus de las FAES la
pasada semana los asistentes, los
periodistas tenían idea de presenciar un apasionante duelo entre Mariano Rajoy y José María
Aznar pero salieron decepcionados y frustrados, al comprobar la responsabilidad
y el perfil de ambos políticos.. De tal manera normalidad
presidio el encuentro, ya digan unos normalidad disfrazada.
Mariano
Rajoy defendió ( lo que se pueda defender si hay algo ) la gestión de su gobierno
con mensajes medidos y consistentes sustentados en una radiografía de la situación del
país
lo suficientemente certera a ojos de quien la mira no a bocas de quien pasa
hambre. El presidente del Gobierno hizo hincapié en el ritmo y el
rumbo «correctos» de sus políticas,
que
incluyen reformas «ambiciosas» y de «verdad», “ las que me manda Merkerl en un
sobre pero sin dinero”
Pero,
de forma consecuente, avisó a continuación de que el
balance
de la gestión de su administración se debería realizar
al
final de la legislatura y que sentenciar sus medidas
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